Enrique Guzmán, las claves de su éxito como cantante romántico

Queridos amigos, en este video nos centramos en el arte musical de uno de los grandes cantantes románticos de México, dejando de lado asuntos de índole personal. Indudablemente este vocalista contribuyó a formar el gusto musical de los mexicanos y aportó un estilo único a la balada en español.

En definitiva, el más famoso grupo del rock and roll mexicano —aunque no necesariamente el mejor— fue el de Los Teen Tops, y en buena medida su internacionalización se debió a las excelentes adaptaciones de los grandes éxitos en inglés hechas por su baterista, Armando “Manny” Martínez.

Era el legendario año de 1958 y a varios jóvenes preparatorianos les encantaba ir a patinar al Deportivo Chapultepec. Aquel grupo de colegas entusiastas estaba conformado, además de por Armando Martínez, por su hermano Jesús “Tutti” Martínez, Enrique Guzmán, Sergio Martell y Rogelio Tenorio, quienes al darse cuenta de que compartían su gusto por la música, decidieron armar un grupo, al que denominarían Los Teen Tops. Se presentaron en muchas fiestas particulares y a sus amigos y familiares les gustó su sonido. Pero, aunque dominaban el inglés, prefirieron cantar en español y se especializaron en los rocanroles más acelerados del Rey Elvis, muy apropiados para agitar el esqueleto.

En 1960 llamaron la atención de la disquera Columbia y en abril de ese mismo año estuvieron trabajando duro en los estudios para sacar discos sencillos de excelente factura, al grado de que las piezas que contenían se siguen escuchando, como “La plaga”, “Rock de la cárcel”, “Buen rock esta noche” y el cover de una canción de Ron Hargrave, “Confidente de secundaria”:

A las piezas magistrales de sus discos sencillos, incluidas en su primer álbum álbum, añadieron “Lucila”, “Rey criollo”, “Larguirucha Sally” y “Tutti frutti”, rocanroles con que los músicos habían hecho bailar a todo mundo en las fiestas que animaban.

También incluían buenas baladas en este álbum, como “Quiero ser libre” y “Muchacho triste y solitario”. El long play era completado por “Sigue llamando” y “Me quede contigo”.

La voz de Enrique Guzmán, quien nació en Venezuela en febrero de 1943, pero de padres mexicanos, tenía un timbre especial que la hacía del agrado de todo tipo de público; así, pese a ser aún un adolescente, ya que tenía 14 años cuando empezaron Los Teen Tops, y no haber educado su voz en las salas de un conservatorio, Guzmán consiguió de inmediato la aceptación de los mexicanos. Encendió corazones aquí y allá entre las colegialas y, dado su gran carisma, llegó pronto al cine en condición de galán.

Después emprendería con ganas sus estudios en el Conservatorio Nacional para mejorar su voz y también se desempeñó como compositor. De él son “La ronchita”, “Palabra mágica” y “Tan cerca”, entre otras.

En su álbum de 1961, Los Teen Tops no podían dejar fuera el twist, pero además incluyeron balada romántica, como la pieza “Pensaba en ti”, otra composición de Enrique, y En la balada “Anoche no dormí”, él lleva a la cima su capacidad de transmitir sentimientos con su singular voz.

Una canción con que todo mundo los reconoce dentro y fuera de México es “Popotitos”, hitazo que llegaría con el tercer álbum del grupo.

Pero después de este disco que consolidaba a Los Teen Tops, Enrique Guzmán decidió probar las mieles del éxito como solista, faceta en que preferiría la balada romántica. Sin embargo, Enrique iba de vez en cuando a tocar con sus ex compañeros, pero ya en 1982 la separación fue definitiva.

Enrique Guzmán empezó a grabar como solista en 1961, a instancias del director artístico de la compañía CBS, José de Jesús Hinojosa. Su primer éxito sin Los Teen Tops fue “Mi corazón canta”, al que siguieron casi de inmediato “Secretamente” y “Tu cabeza en mi hombro”.

El año siguiente grabó “Muñequita” acompañado por el grupo Los Salvajes, además de “Cien kilos de Barro”, “Te amaré toda la vida” y “Harlem español”, y de 1963 se recuerdan principalmente “Payasito”, “Lo sé” y “Oye”.

Volvería a grabar con Los Salvajes en 1964. Esta vez el gran éxito fue “Oye, niña”. Además, Enrique Guzmán trabajo con varias orquestas, entre ellas la de Noro Morales, en Puerto Rico, pero en la mayoría de los doce álbumes que grabó en los sesenta (los mejores de toda su carrera) lo acompañó la de Chuck Anderson.

Entre los éxitos incluidos en esos discos debemos mencionar, además, “Princesita”, “Vida”, “Te seguiré”, “Abrázame fuerte”, “Tu voz”, “Acompáñame”, “Ángel de mi vida” y “Buen Viaje”.

En 1961, al arrancar su carrera como solista, Enrique Guzmán actuó en la primera de las más de veinte películas que filmó: Twist, locura de juventud, al lado de la actriz Rosita Arenas. 

Con Tin Tan y Javier Solís trabajó en la película Especialista en chamacas, a mediados de los sesenta, cuando Germán Valdés estaba en plena decadencia y Solís se ubicaba en la cúspide de su carrera.

Vivir de sueños, Mi alma por un amor, Como perros y gatos y El cielo y la tierra son cuatro de las películas que hizo con Angélica María, a la que conquistó durante el rodaje de esta última. Otra de las bellas cantantes con que trabajo fue Rocío Dúrcal, con quien filmó Acompáñame.

Enrique Guzmán también filmó en el extranjero: en Argentina, Nacidos para Cantar; en Ecuador, Romance en Ecuador, y en Venezuela, Ok, Cleopatra. Pero su trabajo más importante fue la película The Incredible Invasion (La invasión increíble), en la que actuó junto a Boris Karloff.

De 1967 a 1974 estuvo casado con Silvia Pinal. Como la actriz era once años mayor que él, la boda había escandalizado al público. De este matrimonio nacieron Gabriela Alejandra y Luis Enrique. La actual esposa de Enrique Guzmán es Rosalba Welter y con ella ha procreado también dos hijos: Daniela y Enrique.

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