No me atrevo a dejar
Solitario este lugar.
Sin conciencia desaparecerían
Las incontables habitaciones de mi cuarto.
No me decido a entregarle mi intelecto
Al espectáculo nocturno citadino,
A los caminos sin destino
De las oscuras alamedas.
Para mi poesía
Acaso baste esto mismo:
Paredes y muebles
Que han cobrado animismo.
No me atrevo a mirar
La cara de otro ser viviente.
Sin ausencias,
Yo no podría estar presente.