Consideraciones para principiantes sobre las obras de Platón

Desde la antigüedad clásica, ha habido discusiones acerca de cómo agrupar las obras de Platón.

Diógenes Laercio mencionaba cuatro sistemas de clasificación. El primero y el segundo tomaban en cuenta únicamente los diálogos, es decir, no abarcaban toda la obra de Platón y consistían en lo siguiente.

El primero dividía los diálogos en didácticos y zetéticos (de zhthtikón: “investigación”); la diferencia era que los primeros pretendían enseñar la verdad, en tanto que los segundos trataban acerca del arte de descubrirla.

Otro sistema de clasificación se centra en la forma de los diálogos, por lo cual propone agruparlos en tres series: dramáticos, narrativos y mixtos.

Por otra parte, Diógenes indicaba que Aristófanes de Bizancio prefería dividir los diálogos en trilogías.

Y finalmente, él mismo señalaba que, según afirmaba Trasilo, Platón clasificaba sus obras en nueve tetralogías, es decir, hablamos de 9 x 4 = 36 obras, de las cuales 34 son diálogos, y además están la “Apología de Sócrates” y las “Cartas”.

Cabe señalar aquí que las tetralogías de Trasilo eran:

I. “Eutifrón”, “Apología de Sócrates”, “Critón” y “Fedón”.

II. “Crátilo”, “Teetetes”, “Sofista” y “Político”.

III. “Parménides”, “Filebo”, “Banquete” y “Fedro”.

IV. “Alcibíades I”, “Alcibíades II”, “Hiparco” y “Amantes”.

V. “Teages”, “Cármides”, “Laques” y “Lisis”.

VI. “Eutidemo”, “Protágoras”, “Gorgias” y “Menón”.

VII. “Hipias mayor”, “Hipias menor”, “Ion” y “Menexeno”.

VIII. “Clitofón”, “República”, “Timeo” y “Critias”.

IX. “Minos”, “Leyes”, “Epínomis” y “Cartas”.

Otros estudiosos proponen dividir las obras de Platón en tres grandes grupos:

I. Diálogos socráticos

II. Diálogos doctrinales

III. Diálogos críticos

Para entender el pensamiento platónico, además de considerar lo anterior, debemos tomar en cuenta las siguientes precisiones:

1. Gracias a Platón conocemos el pensamiento de su maestro Sócrates. De hecho, entre lo mejor de su obra están sus diálogos socráticos, algunos calificados de doctrinales, pero en los que su maestro sigue siendo la figura principal.

2. La esencia de la filosofía platónica consiste en la teoría de las ideas.

3. El estilo de Platón va de lo complejo a lo fluido, así que, no por encontrarnos con una obra difícil de él, debemos desanimarnos en cuanto a nuestro deseo de profundizar en sus ideas. Hay muchos escritos en que su pensamiento resulta bastante claro.

4. Precisamente en su etapa de madurez, Platón expone de modo más directo sus propias ideas.

Cuáles son las obras esenciales de Platón y de qué tratan

“Apología de Sócrates.” En este texto, que tiene la forma dramática del monólogo, Platón resume las enseñanzas de su maestro. No es una obra muy extensa, pues por lo común la versión completa abarca alrededor de 25 páginas.

“Protágoras o de los sofistas.” En este diálogo participan principalmente Sócrates y Protágoras. Este último era el líder moral de los sofistas y a él se atribuye la famosa frase “el hombre es la medida de todas las cosas”. Dejando de lado las muchas discusiones que ha habido en torno a cuándo escribió Platón este diálogo: si en su juventud o en la madurez (después de la fundación de la Academia), el acuerdo de todos los estudiosos es que es una de sus obras maestras, pues en ella expone claramente su teoría de las ideas, que consiste básicamente en la diferenciación entre doxa (opinión) y episteme (conocimiento).

“Crátilo o del lenguaje” es un diálogo importante por mostrarnos consideraciones gramaticales y lingüísticas del sabio Platón. Constituye uno de los primeros tratados sobre la naturaleza del lenguaje articulado. Sócrates media entre Hermógenes y Crátilo. Este, según palabras de Aristóteles, fue el primer maestro de Platón.

“El banquete”, también conocido como el “Simposio o de la erótica”, es uno de los diálogos más conocidos de Platón y también el que más narración incluye. 

“Fedro o del amor” es un estudio de la naturaleza del amor, desde sus manifestaciones más bajas hasta las sublimes. Los interlocutores son Fedro y Sócrates.

“Critón o del deber.” Aquí nuevamente Sócrates es el personaje principal. Cuenta cómo su discípulo Critón le sugiere escapar de prisión y por qué el maestro cree que no es buena idea hacerlo. Se trata de un texto muy breve.

“Ion o de la poesía” trata un tema similar al del diálogo “Hipias mayor o de lo bello”: la naturaleza de lo artístico y cómo se valora. Se habla de la inspiración y de por qué a los literatos se les dificulta criticar sus propias obras. Es también bastante breve.

“Fedón o del alma” es un diálogo que trata de la muerte de Sócrates por medio de la cicuta. En él, el maestro afirma que la muestra de que el alma existe antes de venir a este mundo es que podemos aprender, y sólo aprendemos si tenemos conocimientos previos. Es cuando Platón menciona la famosísima frase “aprender es recordar”, de Sócrates. Se trata de uno de sus diálogos más extensos.

“Critias o de la Atlántida.” Solo se ha conservado una parte de este diálogo, pero sigue despertando enorme interés general por hablar del famoso e hipotético continente de la Atlántida, contra el que la Atenas prehelénica habría sostenido una guerra.

“Teetetes o de la ciencia.” Es un texto en que Platón busca responderse satisfactoriamente esta pregunta: ¿qué es el conocimiento (episteme)?

“El sofista o del ser.” Es la continuación del “Teetetes”. Aquí Platón revisa los fundamentos de la lógica.

“Timeo o de la naturaleza.” El autor hace una profunda revisión del ser del mundo físico. Aquí ya no es Sócrates quien lleva la batuta, sino el pitagórico Timeo de Locros. En este diálogo Platón habla de los que ahora se han dado en llamar los “sólidos platónicos” (poliedros regulares convexos).

“El político.” Excelente muestra de la etapa de madurez de Platón, en que conocemos su visión de la política, básicamente centrada en la democracia (hay un libro de Alianza en que este texto se publicó junto con el “Critón”.) A este diálogo se le ha llamado una utopía pequeña, en comparación con la utopía mayor que es La República, con respecto a la cual, por cierto, se muestra un giro ideológico.

“Parménides o de las ideas.” Trata de la doctrina del ser de Parménides, la cual conoció Platón cuando estaba en Italia, pero al mismo tiempo es una compleja, aunque sólida exposición de su teoría de las ideas. Por ser uno de los diálogos que escribió en la vejez, deberíamos leerlo después de repasar la mayor parte de su obra. Aquí Platón revisa críticamente su pensamiento.

“Cartas.” Se trata de las epístolas que Platón dirigió a amigos y familiares. Hay muchas apócrifas, pero se ha comprobado la autenticidad de la “Carta séptima”. En ella, Platón narra parte de su vida y menciona la conocida idea de que la filosofía debe enseñarse de un modo a los iniciados y de otro al público en general.

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