Y guionista de ¡A.T.M.! ¡A toda máquina!
Fue un gran amigo de Pedro Infante y el autor de la canción “Amorcito corazón”, entre otras que han dado forma a la manera de ser y de amar del mexicano. Pero ¿cuántos recuerdan a Pedro de Urdimalas? Polifacético compositor y guionista, además de actor de soporte, siempre fue muy trabajador, tanto como su tocayo, por ello nos dejó muchas historias que nos siguen conmoviendo desde las profundidades del melodrama, y por más “sesudos” que pretendemos ser, lloramos y reímos aún con películas basadas en sus historias, como Nosotros los pobres, Ustedes los ricos, Los tres García, Los tres huastecos, ¡A.T.M.! ¡A toda máquina! y ¿Qué te ha dado esa mujer?
Su fama pudo haber sido mayor en el plano internacional luego de ayudar al poeta español Max Aub a escribir el argumento de la película Los olvidados (México, 1950), que dirigió Luis Buñuel, pero no quiso que se le nombrara en los créditos, puesto que no había quedado conforme con el modo en que se había hecho una escena. Pese a ello, Buñuel mencionó a Urdimalas como un importante colaborador del filme cuando escribió su libro Mi último suspiro. Esta película fue una de las más importantes en la carrera del realizador español, ya que con ella obtuvo el premio a mejor director en el Festival de Cannes. Además, contó con la labor de Gabriel Figueroa en la fotografía.
Pedro de Urdimalas nació en Guadalajara en 1911 y su verdadero nombre fue Jesús Camacho Villaseñor. Entre sus más inspiradas historias tenemos la de la película ¡A.T.M.! ¡A toda máquina!, donde formaría otra vez equipo con la actriz Alma Delia Fuentes, quien hizo roles de niña en Una familia de tantas, Allá en el rancho Grande y en Los olvidados, y quien muriera a los 80 años en el completo abandono (pero esto da para otra historia).
Para las piruetas en motocicleta en ¡A.T.M.! se contó con la colaboración de expertos del primer escuadrón mexicano de motociclistas acróbatas, es decir, el Escuadrón Acrobático de Tránsito del antiguo Distrito federal, surgido en 1927, y que después pasaría a ser la Confederación Internacional de Motociclistas Oficiales y Policías de Caminos (CIMOP, http://www.cimopc.org/), en cuyas oficinas en la Ciudad de México se conservaban las botas que usara Luis Aguilar en esa película. Cabe destacar que, a partir de ésta, el amor de Urdimalas e Infante por las motocicletas los hizo muy cercanos a la confederación en que hay desde oficiales federales y ex policías de caminos hasta civiles.
Y como remate de esta pasión que Pedro de Urdimalas sintió por los potros de acero en que jinetes modernos hacen acrobacias, quedó este testimonio: un poema a la motocicleta, el cual les compartimos con mucho gusto. La CIMOP nos lo proporcionó a quienes, en el año 2000, hacíamos la revista cultural El Perfil de la Raza, en cuyo consejo editorial figuraba el señor Miguel León Portilla, gran historiador y amigo nuestro.
“A sirena abierta”, poema inédito de Pedro de Urdimalas
Preciosa motocicleta
Terrible como un león,
Se vuelve mansa y coqueta
Para el hombre de corazón.
Una tremenda gimnasia
Se debe desarrollar,
Porque al final la acrobacia
Te puede medio matar.
El nudo, la derrapada,
La pirámide, el compás,
De cabeza la parada,
Sin perder la vertical.
Untarse grasa en la cara
Y un buen casco utilizar,
Porque una casa incendiada
Se tiene que atravesar.
Después de la alta rampa
Pegar el salto mortal
Sobre veinte compañeros
Que es fácil despedazar.
Después de cada pirueta
El aplauso y la emoción,
Y al fin con sirena abierta
Cumplir con tu obligación.
Preciosa motocicleta
Terrible como un león,
Se vuelve mansa y coqueta
Para el hombre de corazón.
Nos entretuvo desde niños y siempre en corazón y la sonrisa. Gracias Pedro Urdemalas
TODO LO QUE DICE DE PEDRO DE URDIMALAS ES CIERTO: UN EXCELSO ESCRITOR.
NO CONFUNDIRLO CON QUIEN APARECE EN LA FOTO, ÉL ES UNO DE LOS COMANDANTES.